Gracias a la estructura flexible y participativa en el diseño de los talleres, logramos identificar progresivamente tres grupos de elementos a tomar en cuenta para cada taller. Estos son:

- La relación entre las participantes y el proyecto

Más allá del establecimiento de compromisos formales, las facilidades (i.e. servicio de guardería), los incentivos informales (como el coffee break) y simbólicos (lista de asistencia publicada, llamadas) han jugado un papel clave en el fortalecimiento de la relación entre las participantes y el proyecto. Las relaciones con las facilitadoras, a su vez, fueron definiéndose como más o menos cercanas, por lo que se acordó establecer dos pares de facilitadoras estables alternándose a lo largo del proyecto.

- Características del grupo y su implicancia en las dinámicas

Desde el nivel educativo (nivel primario para la mayoría) y el idioma (quechua como lengua materna), han surgido factores como la edad promedio (55 años), la religión (en cuanto a sus efectos intragrupales e idiosincráticos) y el tamaño del grupo (entre 8 a 13 participantes por taller) que definen y moldean los talleres por sus consecuencias en la aplicación de ciertas dinámicas y las ideas que sobre sus propios cuerpos ellas tienen. Por otro lado, el tiempo libre y la distribución geográfica de las participantes hizo lo mismo con el horario y cronograma.

- Características del espacio

Los talleres se realizan en el local del Instituto para una Alterativa Agraria, en un salón de 8 x 4 metros, en Yanaoca. Esto involucra una asociación cercana entre el proyecto y el trabajo productivo de las participantes. Así también, como ya ha ocurrido, refuerza la iniciativa por su parte de cambiar de locación por una más próxima y cómoda para ellas. Espacios abiertos y más amplios que les otorgan mayor disfrute y libertad.